Sin querer entrar en detalles técnicos, el justo valor de una moneda es el que hace que la balanza comercial sea neutra. Si queréis podéis preguntar sobre esta afirmación, ya que los mecanismos que lo justifican son interesantes, pero ahora no me quiero extender.
Dicho esto, el dólar debería valer mucho menos y el yuán mucho más. El euro para España y otros periféricos debería valer mucho menos que para Alemania, cosa imposible en la moneda única.
Los países que disfrutan de monedas infravaloradas tienen un flujo positivo de capital, poco paro y una industria vigorosa, lo que hace que sus economías no estén endeudadas, sino al contrario, que sean acreedores netos de los demás países. El inconveniente es que su población vive -sin saberlo- por debajo de su nivel justo de riqueza. Esto pasa en Alemania, Austria, Noruega, China, y otros países exportadores.
Inversamente, los países que soportan una moneda demasiado cara incentivan a sus ciudadanos (ellos no son los culpables) a que compren productos en el extranjero, a la vez que la producción propia (muy cara por culpa de la moneda en la que se pagan los sueldos) no encuentra compradores ni dentro ni fuera de nuestras fronteras. El país va perdiendo tejido industrial, y al cabo de un tiempo el paro se dispara y las deudas contraidas con el exterior se vuelven impagables. En ese momento nos encontramos en España.
El patrón oro acordado en Bretton Woods (1944) y que duró hasta 1971, cuando EEUU se lo cargó unilateralmente, estaba diseñado para que todos los países tuvieran un estricto equilibrio comercial, y no se pudieran realizar guerras de divisas. Consecuencia de aquella decisión de Nixon hemos llegado de manera lógica a esta crisis, la crisis del sistema monetario fiduciario en la que casi ninguna moneda vale lo que debiera. Hasta que no se solucione esta anomalía comercial, probablemente mediante un nuevo patrón oro o similar, no encontrará el mundo un nuevo equilibrio natural.
Volviendo a la noticia que enlazo al final, el G20 pacta que los bancos centrales estimularán las economías, pero sin entrar en guerra de divisas. Curiosamente, inyectando dinero los BC estimulan la economía porque devalúan la moneda y con ello el país exporta más e importa menos, lo cual tiene siempre consecuencias perjudiciales para los socios comerciales. Y es que estimular la economía mediante devaluación monetaria es la definición misma de una guerra de divisas.
http://www.eleconomista.es/divisas/noti ... lobal.html
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