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¿Protección del consumidor o del trabajador?

Publicado: 08 Sep 2012, 02:19
por gabriel
El enunciado, dicho por un economista quedaría: ¿Fomentar políticas de oferta o políticas de demanda?

Todos o casi todos, somos o hemos sido tanto trabajadores como consumidores. Para que se entienda bien el planteamiento, voy a hacer unas simplificaciones respecto de ambas políticas:
  • - Si protegemos al consumidor, intentaremos que los precios sean más bajos para que su sueldo cunda más.

    - Si protegemos al trabajador, intentaremos que su sueldo sea más alto para que le cunda más.
Parece que ambos logran el mismo objetivo, que el consumidor/trabajador mejore su nivel de vida. Pero esto sería así en un mundo ideal. Nada más lejos de la realidad.

En el planeta injusto en el que vivimos, mantener bajos los precios de los productos se consigue retirando barreras aduaneras (=libre comercio) para que los productos de países con mano de obra barata penetren fácilmente en nuestro mercado. En un inicio disfrutamos de un poder adquisitivo mayor, pero a costa de ir poco a poco perdiendo tejido productivo y con ello puestos de trabajo. Al final, una minoría afortunada tiene un poder adquisitivo formidable, mientras que el paro presiona al conjunto de los sueldos a la baja y el nivel medio de vida no mejora con el libre comercio, al contrario, disminuye.

En cambio, la protección del trabajador consiste en mantener una tasa de paro marginal para que los trabajadores tengan un buen poder de negociación de sus sueldos. Esto solo se puede conseguir impidiendo la libre entrada de productos que disminuya la demanda sobre las empresas nacionales, es decir con proteccionismo.

El proteccionismo impide que productos muy baratos (o con una relación calidad/precio imbatible) inunden nuestro mercado, y con eso limita el poder adquisitivo del consumidor, pero a cambio de garantizar los puestos de trabajo.

El denostado proteccionismo no es un fin en sí mismo, y por tanto o es ni bueno ni malo. Puede ser necesario o no en función de la competitividad de una economía. Cuando un país o un sector industrial no es competitivo, es necesario protegerlo con aranceles para permitir su desarrollo y que se ponga al nivel de la competencia. No hacer esto es condenar a la desaparición a sectores enteros de la economía.

Durante la revolución industrial se comprendió esto muy rápido. Friedrich List, economista alemán, postuló en 1841 sobre este tema y ha sido seguido tanto por Alemania y EEUU, como por Japón o China. Cuando se tiene un mercado suficientemente grande, cualquier país debe aspirar a desarrollar su tejido industrial de modo a satisfacer sus principales necesidades sin depender de otras naciones.

En cambio, los países técnicamente más avanzados intentan imponer a los demás el libre comercio para inundar sus mercados con su bienes de consumo para obtener a cambio materias primas esenciales. Este sistema impide que esos países se desarrollen, y les mantiene de hecho en la pobreza.

Una pobreza que aprovecharán las empresas occidentales para externalizar la producción buscando sueldos baratos, y generando paro en nuestros países.

Así que cuando antes entendamos que el desarrollo uniforme de todo el planeta es necesario también para los ciudadanos occidentales, antes evitaremos la plaga del paro, los conflictos bélicos, la inmigración ilegal, el terrorismo, y lo peor, el sufrimiento que padecen los habitantes del tercer mundo (guerras civiles, dictaduras y hambre).